En algún lugar de Oriente donde la vida se olvido de pasar

Y van cayendo los días, el cielo permanece abierto, gris, nublado, enfermo, saturado de tantas almas repentinas, llueve metralleta, pequeñas luces que se inmolan ante el mundo, la gran fiesta del siglo que inunda la ciudad, las mujeres lloran, los hombres disparan y los niños se esconden tras las faldas de sus madres.
Entre los escombros de una casa cerca de la última cafetería que sobrevive a duras penas, esta sentado un viejo arrugado que murmura entre dientes, esta rezando, cantando una oración que nadie escucha ni si quiera el mismo, una lucha a vida que siempre acaba en muerte, como el pueblo en el que vive y que han hecho desaparecer para siempre.
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