miércoles, 26 de diciembre de 2007

La chica que vende pájaros en libertad y el joven relojero de la ciudad


¿A que te dedicas? se quedó pensativa- Creo que soy… -siguió pensando-no se muy bien lo que soy ¿Tu sabes que eres? por que quizás si lo supieras yo podría saber quien soy yo y saber entonces a que me dedico- se quedó callada un instante- Creo que soy la que vende pájaros en libertad los domingos en la plaza de la ciudad. Si a eso me dedico-expresó con firmeza.
El sonrió como quien sonríe a una niña que acaba de contar la historia más fantástica
Bien- apunto el- y dime ahora, a que te dedicas
Ella se mostró indignada- ¡Ya te lo he dicho! vendo pájaros en libertad ¿crees que no es un oficio decente?
El volvió a sonreír y acarició su mano dulcemente, ella se mostró algo molesta por ese último comentario y rechazo su invitación afectiva.
Pero si son pájaros en libertad ¿por que los vendes? si lo haces es por que consideras que son tuyos, que te pertenecen, entonces su libertad termina cuando empieza la tuya. Es como si hubieras construido una jaula ficticia para ellos, que solo tu puedes ver y les haces sentir que de verdad les harás libre cuando eres tu la que los está reteniendo.
Y dime- pregunto ella al cabo de un silencio prolongado-¿Tu a que no te dedicas?
Esta vez soltó una carcajada tan grande que la gente del restaurante acabo dándose la vuelta para mirarle
Esta bien- sonrío como si aquella pregunta le motivara a seguir con aquella conversación- no me dedico a construir casas, a diseñar ropa, no me dedico a volar por el cielo
Ella le miro con dulzura e inclino su cuerpo hacia el hablándole en susurro
Puede que yo te retenga entonces y te convierta en un pájaro en libertad
¿Y si no quiero marcharme?
Tendrás que hacerlo eres libre
Pero quizás me sienta libre aquí
Entonces te estarás engañando, ¿como puedes sentirte libre en un lugar en el que te retienen?
No se- pensó- dime lo tu.
Los dos se quedaron callados y continuaron cenando en silencio toda la noche