lunes, 18 de octubre de 2010

Cuando Ana escribe a Belen




Belén ya lo decía que hay quien vive en una guerra aunque no hayan disparado, y ella suelta su trenza larga, que le hace sonreír los tobillos de tanta cosquilla que provoca, otra vez el silencio, suspira acostumbrada, ya viene a espiarnos y de paso a robarme una noche más las palabras de Ana, si es que donde se mete esta poeta, aprieta de nuevo los nudos de su pelo y desaparece tras la puerta principal. Ana está escribiendo, no a la lápiz ni a papel, escribe para Belén, pero esta no le escucha, por eso guarda toda su métrica en la cabeza, donde nadie puede encontrarla. Últimamente ya no le viene la inspiración por eso habla en verso, constantemente, y el mundo se enamora de sus palabras, y Ana se quita el brillo que provoca en los ojos de quien la admira. Belen conoce el sabor del amor, lo ha vivido varias veces, eso piensa ella, y mientras sueña entre algodones Ana se aparece entre las nubes, está tranquila, llena de vida, y de algún que otro pensamiento equivocado que acaba convirtiéndose en la poesía mas bonita que una pueda llegar a escribir