jueves, 12 de junio de 2008

Ella lo sabía



Ella sabía lo que sucedía, lo tenía frente a sus ojos, aquellos que a veces no le hacían ver pero ella transformaba la esperanza sin llegar a perderla nunca. Quería que la quisiera bien, como en su cuento, el que escribió siendo una niña, pero él la quiso mal, ni si quiera la llamaba por su nombre como hacía antes, mucho tiempo atrás cuando todo parecía ser sin serlo jamás. Ella sabía que algún día se marcharía, lejos, tan lejos que quizás lograría olvidar su mal querer, y ella transformaba la esperanza sin llegar a perderla nunca, pero aquel día la perdió, en la primera apuñalada la que atravesó su corazón las otras diez solo fueron intentos dolorosos que rasgaban su piel, y el la quiso mal como se ama el sufrimiento, el vacío, la muerte alterada, los días que se agotan como la existencia mal vivida. Ella sabía que la mataba, cada segundo, cuando le arrancaba la mirada y le tapiaba la sonrisa, cuando su cuerpo se convertía en una puerta golpeada, pero ella quería que la quisiera bien, como en su cuento, y lo rescribió aquella noche cuando mataron sus ganas de no querer vivir así, se borró las puñaladas, los sabores amargos y llevó a lavar las sábanas mojadas, se peino el pelo cien veces como todos sus intentos por marcharse que nunca llegaron a producirse, se colocó bien la mirada y reconstruyó su sonrisa, dejó su ropa, las fotos, los platos sin limpiar, la cama desecha, el armario abierto, la luz encendida y se marchó por que ella siempre supo lo que sucedía, lo tenía frente a sus ojos, aquellos que a veces no le hacían ver pero ella siempre transformaba la esperanza sin llegar a perderla nunca.